Dimensiones Paralelas: Lo que el ojo no ve, el alma lo siente
Vivimos en un mundo aparentemente físico y tangible, donde lo que vemos, tocamos y oímos forma la base de nuestra realidad. Sin embargo, detrás del velo de lo visible, existen capas de existencia que escapan a los sentidos humanos ordinarios: las dimensiones paralelas.
Estas dimensiones no son necesariamente lugares lejanos, sino estados de vibración que coexisten con nuestra realidad actual. Tal como una emisora de radio puede sintonizar diferentes frecuencias, nuestra conciencia también puede conectarse con otros planos de existencia cuando se expande más allá de los límites del ego y la materia.
¿Qué son las dimensiones paralelas?
Las dimensiones paralelas son realidades alternativas que coexisten con la nuestra, cada una vibrando en una frecuencia distinta. Algunas teorías científicas, como la mecánica cuántica y la teoría de cuerdas, ya han sugerido la posibilidad de múltiples universos (el llamado multiverso). Pero desde una visión espiritual, estas dimensiones son también planos donde habitan seres de luz, memorias del alma, vidas paralelas y posibilidades no manifestadas.
En estos espacios, el tiempo no es lineal, y la separación entre lo que fue, lo que es y lo que será se diluye. Todo existe en un eterno presente. Podemos acceder a estas realidades mediante sueños lúcidos, meditaciones profundas, viajes astrales o momentos de gran conexión espiritual.
Lo que el ojo no ve
Nuestros sentidos físicos son limitados. Solo percibimos una mínima parte del espectro electromagnético. No vemos los rayos ultravioleta ni los infrarrojos, pero sabemos que existen. ¿Qué más podría estar ocurriendo justo aquí, en este mismo instante, que simplemente no podemos ver?
Muchas personas han relatado experiencias místicas donde han visto destellos, seres de luz, o han sentido presencias invisibles. Otros conectan con dimensiones superiores a través de sincronizados, intuiciones intensas o sensaciones que no pueden explicar con lógica.
Lo invisible no es inexistente. Solo está fuera del rango de percepción habitual. Y cuando abrimos el corazón y la conciencia, comenzamos a ver con los ojos del alma.
Vidas paralelas y líneas de tiempo
Así como existen otras dimensiones, también existen otras versiones de nosotros mismos, viviendo diferentes experiencias según las decisiones que tomamos (o no tomamos). Cada elección crea una nueva línea de tiempo. En algunas de ellas somos artistas, sanadores, científicos, madres o viajeros. En otras, quizá no nacimos en este plano, o no tomamos el camino que elegimos en esta vida.
A veces soñamos con lugares desconocidos que sentimos profundamente familiares, o tenemos “deja vu” que nos sacuden. Puede que estemos tocando, por un momento, otra dimensión donde algo similar –pero no idéntico– está ocurriendo.
El acceso al misterio
No es necesario comprenderlo todo con la mente. La clave está en abrirnos al misterio y permitirnos sentir más allá de la lógica. La meditación, el silencio, la naturaleza y el arte nos conectan con estas otras realidades. Lo que el ojo no ve, el alma lo siente, lo intuye, lo reconoce.
Al aceptar que no estamos solos, que hay más de una realidad, y que formamos parte de una red multidimensional de existencia, nuestra vida cobra un nuevo sentido. Nos volvemos más conscientes, más presentes y más abiertos al amor universal que sostiene todas las dimensiones.
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